Más allá de eso, resentimiento meramente personal, el surf, aunque no lo crean, se relaciona con filosofías orientales.
Tanto el sintoísmo como el zen consideran que la mente en sí no tiene una existencia propia, si no que está formada por los pensamientos. Es decir, que
Esto se compara con las olas del mar, que deben su existencia al viento. Con el mar en calma, dichas olas no se generan, con lo cual no son una entidad propia si no que dependen de algo más para existir.
Aquí vengo con los surfistas: los mismos orientales, entonces, siguiendo este paradigma, ven a quienes montan el océano en sus tablas como pensadores que siguen diferentes momentum de la mente, o sea las olas.
Más allá de la filosofía, ¿quién no desearía en estos momentos "remontar pensamientos" en una costa caribeña, hawaiana o australiana sólo con su tabla de surf?.
Imáginémos allí y comencemos el día escuchando el mar en nuestras mentes, a pesar del ruido de la rutinaria y física modernidad.
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